El
maestro que se presenta frente al alumno como un sabelotodo elimina
el deseo de aprender. Para educar es necesaria, entre otras
cualidades, la humildad. Al
buscar una cita representativa del libro no me decidí por ninguna,
por eso incluyo una por cada apartado, cediéndole el uso de la palabra al autor, a quien presento brevemente. Espero que disfruten de la selección de frases.
Fernando
Savater nació el 21 de junio de 1947 en España, en varias universidades ha ejercido como profesor de filosofía. Su obra publicada es
amplia, incluye ensayos políticos, filosóficos, literarios, piezas
teatrales y narrativa. Entre otros premios, obtuvo el Premio Anagrama
en 1982 con Invitación
a la ética y
en 2008, el Premio Planeta con La
hermandad de la buena suerte. Domina el lenguaje literario y también el ensayo, siendo este el género usado en esta ocasión. Así se desarrolla El valor de educar:
A
guisa de prólogo. Carta a la maestra.
“Hablaré
del valor de educar en el doble sentido de la palabra «valor»:
quiero decir que la educación es valiosa y válida, pero también es
un acto de coraje, un paso al frente de la valentía humana.” Pág.
19.
El
aprendizaje humano. “Los
individuos de nuestra especie permanecen hasta el final de sus días
inmaduros, tanteantes y falibles pero en cierto sentido juveniles, es
decir, abiertos a nuevos saberes. Al médico que le recomendaba
cuidarse si no quería morir joven, Robert Louis Stevenson le repuso
«¡Ay, doctor, todos los hombres mueren jóvenes!» Es una poética
verdad.“ Pág. 24.
Los
contenidos de la enseñanza.
“La mejor
preparación técnica, carente del básico desarrollo de las
capacidades morales o de una mínima disposición de independencia
política, nunca potenciará personas hechas y derechas sino simples
robots asalariados.” Pág. 47.
El
eclipse de la familia.
“Si los padres
no ayudan a los hijos con su autoridad amorosa a crecer y preparase
para ser adultos, serán las instituciones públicas las que se vean
obligadas a imponerles el principio de la realidad, no con afecto,
sino por la fuerza.” Pág. 65
La
disciplina de la libertad.
“Si no es el
educador el que le ofrece el modelo racionalmente adecuado el niño
no crecerá sin modelos sino que se identificará con los que le
propone la televisión, la malicia popular o la brutalidad
callejera.” Pág. 96.
¿Hacia
una humanidad sin humanidades?
“Es el momento
de recordad que la pedagogía tiene mucho más de arte que de
ciencia, es decir admite consejos y técnicas pero nunca se domina
más que por el ejercicio mismo de cada día.” Pág. 111.
Educar
es universalizar. “Durante
siglos, la enseñanza ha servido para discriminar a unos grupos
humanos frente a otros: a los hombres frente a las mujeres, a los
pudientes frente a los menesterosos, a los citadinos frente a los
campesinos, a los clérigos frente a los guerreros, a los burgueses
frente a los obreros, a los «civilizados» frente a los «salvajes»,
a los «listos» frente a los «tontos», a las castas superiores
frente y contra las inferiores. Universalizar la educación consiste
en acabar con tales manejos discriminadores.” Pág. 154.
A
guisa de epílogo. Carta a la ministra.
“¿Se ha dado usted cuenta, señora ministra, de que cuanto menos
preparación cultural auténtica tiene alguien más dinero necesita
gastar para divertirse un fin de semana o durante unas vacaciones?”
Pág.
183.
Fuente:
Savater, Fernando \ El
valor de educar \
Ariel \ España \ 2001.