miércoles, 21 de febrero de 2018

Confesión de León Tolstoi

Lev Tolstói (1828-1910)
Esta no es una invitación para acudir a la parroquia más cercana a realizar ese acto religioso. Quizás algunos se hayan encontrado con lecturas que les revolvieron las ideas y fueron a confesarse para liberar esa carga. Si ellos se hayan liberado o no será un tema del que no se dirá nada a continuación.
Pero si el que revela sus confidencias es León Tolstói a través de un ensayo, el asunto se vuelve interesante. Su labor intelectual le hizo reflexionar acerca de la existencia, lo cual no le fue tarea fácil, pues uno de los capítulos inicia así:
En mi búsqueda de respuestas a la cuestión de la vida, experimentaba exactamente el mismo sentimiento que el hombre que se ha perdido en un bosque.
Confesión nos mostrará la sabiduría adquirida en cada una de las etapas de la vida del autor. La brevedad del texto es comparable al café fuerte. Sus párrafos son como espressos dobles. Se leen rápido, pero su efecto es poderoso y altera las neuronas.
Nacido en 1828, recibió formación académica en la Universidad de Kazán y también integró filas militares. León heredó de su padre, el conde Tolstói, la finca rural Yásnaia Poliana por lo cual pasó a administrarla. Se mostró benigno con sus obreros y les facilitó la educación. Fue un aristócrata, así que tuvo contacto con distintas esferas de la sociedad, a las que trató de integrarse sin éxito alguno debido a su pensamiento crítico.
A pesar de ser un escritor de profesión,  pone en duda incluso esta actividad porque ¿será que ser escritor convierte a alguien en poseedor de la verdad absoluta?
Las pasiones de su juventud, sus viajes, sus ansias de suicidio, los valores, la fe, las prácticas religiosas, el trabajo, la enfermedad, el sufrimiento, el engaño y otros temas controversiales de la vida son presentados aquí. Las líneas que integran el libro tienen un peso tal que, resulta difícil creer que tanto pensamiento pueda contenerse en sus páginas.