“Yo soy el Espíritu del Mal, Satanás, la serpiente
primigenia. En los libros de cábala me llaman Samael. Los judíos a veces
prefieren nombrarme como «Aquél».”
Así da inicio el relato de
Isaac Bashevis Singer. Desde sus primeras líneas, puede notarse quien
ejerce el poder en el en ese sitio, lo cual va en concordancia con su
título La destrucción de Kreshev. El hecho de que el demonio
narre de la al texto un tono lúgubre. Cuando él habla del hombre de
negocios, protagonista de la historia lo hace de esta forma: “Reb
Bunim, sin embargo, tenía una hija, y las mujeres, como es sabido,
traen consigo muchas desgracias.” Pese a la hermosura de la doncella,
Samael se refiere a ella con un marcado tono despectivo, como si los
hechos acontecidos fueran causados por la chica.
A través de sus
doce capítulos la historia nos lleva por un camino de instigación,
pasión, lujuria, engaño, crueldad y dolor. Vemos como el maligno hace
que una hermosa joven se una en matrimonio con un hombre quien, si bien
es cierto, resulta ser un tanto letrado, carece de belleza física. Dicha
relación se vuelve el eje de la narración, incitando a una serie de
sucesos reprobables por las autoridades religiosas del poblado. Varias
de las acciones contribuyen a que, finalmente, ocurra la destrucción de
Kreshev y nadie resulte satisfecho.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario