martes, 28 de mayo de 2013

La destrucción de Kreshev de Isaac Bashevis Singer

Nuestra historia se desarrolla en una pequeña ciudad perteneciente a la nobleza polaca llamada Kreshev, la cual está habitada por judíos.
“Yo soy el Espíritu del Mal, Satanás, la serpiente primigenia. En los libros de cábala me llaman Samael. Los judíos a veces prefieren nombrarme como «Aquél».”

Así da inicio el relato de Isaac Bashevis Singer. Desde sus primeras líneas, puede notarse quien ejerce el poder en el en ese sitio, lo cual va en  concordancia con su título La destrucción de Kreshev. El hecho de que el demonio narre de la al texto un tono lúgubre. Cuando él habla del hombre de negocios, protagonista de la historia lo hace de esta forma: “Reb Bunim, sin embargo, tenía una hija, y las mujeres, como es sabido, traen consigo muchas desgracias.” Pese a la hermosura de la doncella, Samael se refiere a ella con un marcado tono despectivo, como si los hechos acontecidos fueran causados por la chica.

A través de sus doce capítulos la historia nos lleva por un camino de instigación, pasión, lujuria, engaño, crueldad y dolor. Vemos como el maligno hace que una hermosa joven se una en matrimonio con un hombre quien, si bien es cierto, resulta ser un tanto letrado, carece de belleza física. Dicha relación se vuelve el eje de la narración, incitando a una serie de sucesos reprobables por las autoridades religiosas del poblado. Varias de las acciones contribuyen a que, finalmente, ocurra la destrucción de Kreshev y nadie resulte satisfecho.

























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