domingo, 14 de julio de 2013

La sociedad de la decepción


Imagen tomada de la página web de la editorial.
Considero que, algunas o quizá varias veces, en nuestra mente se entrelazan las lecturas. Me encuentro leyendo, por instantes, La sociedad de la decepción de Gilles Lipovetsky, ahora resulta que de nuevo me encuentro con la sensación de estar pensando como el expositor de las ideas. Esto no me sucedía desde la inmersión en las páginas de La embriaguez de la metamorfosis de Stefan Zweig, cuando sentí mía la voz de uno de los personajes decepcionado de la vida.

El tedio por la vida suele presentarse ante nosotros en más de algún momento de nuestra existencia, no obstante, puede permanecer en nuestra conciencia, latente, hiriente; incluso podría llevar al suicidio. Obviamente, esto último no ha sucedido en mi caso, pues percibo la putrefacción de la sociedad y las decepciones como un espectador. Sin embargo, observar con detenimiento los fenómenos sociales contemporáneos y estar consciente de los mismos, no es simplemente una actitud pesimista ante la vida; se trata de dar una mirada analítica para comprender la razón de ser de los mismos. Al conocer y comprender la causas de distintos aspectos, se logra ser más tolerante. El mismo Lipovetsky reconoce que él no escribe libros de Filosofía pura, tan sólo es un observador tratando de explicar los acontecimientos sociales.

El personaje de Zweig expresa los sinsabores de su vida debido a frustraciones laborales y académicas. Ahora, en las palabras de Lipovetsky se manifiesta de nuevo ese sentimiento, pero fundamentada con estudios analíticos de la sociedad contemporánea. Tendré que esperar a terminar la lectura para emitir un comentario más serio acerca de la obra.

“El camino más breve para concluir un libro es comenzarlo.” - Enrique Jardiel Poncela

(Ya tomé ese camino.)

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