martes, 28 de mayo de 2013

La destrucción de Kreshev de Isaac Bashevis Singer

Nuestra historia se desarrolla en una pequeña ciudad perteneciente a la nobleza polaca llamada Kreshev, la cual está habitada por judíos.
“Yo soy el Espíritu del Mal, Satanás, la serpiente primigenia. En los libros de cábala me llaman Samael. Los judíos a veces prefieren nombrarme como «Aquél».”

Así da inicio el relato de Isaac Bashevis Singer. Desde sus primeras líneas, puede notarse quien ejerce el poder en el en ese sitio, lo cual va en  concordancia con su título La destrucción de Kreshev. El hecho de que el demonio narre de la al texto un tono lúgubre. Cuando él habla del hombre de negocios, protagonista de la historia lo hace de esta forma: “Reb Bunim, sin embargo, tenía una hija, y las mujeres, como es sabido, traen consigo muchas desgracias.” Pese a la hermosura de la doncella, Samael se refiere a ella con un marcado tono despectivo, como si los hechos acontecidos fueran causados por la chica.

A través de sus doce capítulos la historia nos lleva por un camino de instigación, pasión, lujuria, engaño, crueldad y dolor. Vemos como el maligno hace que una hermosa joven se una en matrimonio con un hombre quien, si bien es cierto, resulta ser un tanto letrado, carece de belleza física. Dicha relación se vuelve el eje de la narración, incitando a una serie de sucesos reprobables por las autoridades religiosas del poblado. Varias de las acciones contribuyen a que, finalmente, ocurra la destrucción de Kreshev y nadie resulte satisfecho.

























sábado, 25 de mayo de 2013

La muerte olvidada del "Santo Bebedor", Joseph Roth.

Sin querer, un año después me topo con un artículo que escribí acerca de la muerte de Joseph Roth, pero esta vez será para inaugurar mi blog. El hallazgo me evitó la tarea de preparar una bienvenida, pues coincide con el aniversario del fallecimiento del escritor este 27 de mayo.

Este novelista algunas veces se quejaba de su editor por distintos asuntos; en mi caso no tengo editor de quien quejarme, pero hoy me he enterado que fui publicado en una revista local.

Bueno, mejor dejo que el tan mencionado artículo sea el que abra la brecha y forje un sendero para que circulen otros textos. 

“Cuando vi por primera vez a Joseph Roth en Ostende, tuve la sensación de estar ante un ser que moriría en las próximas horas de pura tristeza. Sus redondos ojos azules eran casi incapaces de ver por desesperación, y su voz sonaba como si estuviera lastrada por el peso de la pena.”  (1:53)

Así escribió acerca de este personaje, la escritora Irmgard Keun, quien fue su compañera sentimental durante cierto tiempo. Quizás la primera impresión que tuvo de Joseph reveló por completo para ella, lo que sería de la vida de este hombre de baja estatura, con afición a la bebida. También sabía que Roth sólo había amado a Friedl, su única esposa, quien murió a causa de trastornos mentales. Debido a eso y a que a ninguno de los dos les interesaba un nuevo matrimonio, Irmgard no quiso divorciarse del alemán con el que se encontraba legalmente casada, lo cual no impidió que viviera un par de años con Roth.

Aunque su vida no fue envidiable, también tuvo sus buenos momentos y contó con la amistad de varios personajes. Entre ellos, Stefan Zweig, con quien compartió momentos joviales como el que describe Morgenstern en uno de sus libros: “En el taxi, tuvieron ellos una apacible conversación sobre humor y chistes. Zweig recordó a Roth, como prueba del humor de Freud, que había un estudio de éste sobre el donaire que constituía una selección de chistes. Roth replicó que entender los chistes nada prueba respecto al humor, y así siguieron un rato hasta que salió el nombre de Bergson.” (2:224) Al investigar a Joseph Roth, se logra ver que algunos de los personajes de sus novelas, fueron inspirados por personas que formaron parte de su vida. Tal es el caso de El triunfo de la belleza, en esta breve novela, se ve reflejada su esposa y la enfermedad que la consumió, con sus respectivas variantes literarias. Su fallecida esposa, reaparece en otra de sus novelas, con otra apariencia. “Ella era una chica bonita, Friedl. Delgada, con piernas largas, una cara fina y una sonrisa suficiente en la boca pequeña. Pero ¿a qué describirla? Roth lo hizo puntualmente en Job. Ella es la hija de Mendel Singer, “una gacela”. Igual que Friedl, también acaba en el manicomio.” (2:190)

Además de eso, Job es una de sus más conocidas y fue la obra que le dio reconocimiento como escritor. En esta novela, él retoma al personaje bíblico, nombrándolo como Mendel Singer, efectuando prácticamente una adaptación a su época contemporánea y manifestando en ella algunas de las tribulaciones que sufrieron los judíos a causa de la persecución nazi.

Roth, no desaprovechaba oportunidad, para expresar su inconformidad y rechazo hacia las acciones tomadas por los antisemitas y, además de hacerlo en sus narraciones, lo hacía en las revistas, para las que escribía mientras se encontraba en algún país de Europa. Muestra de ello es este fragmento escrito en París, el 6 de julio de 1934.
“Desde hace diecisiete meses nos hemos acostumbrado a que en Alemania se vierta más sangre que tinta emplean los periódicos para informar sobre esa sangre. Es probable que el amo de la tinta de imprenta alemana, el ministro Goebbels, tenga más cadáveres sobre su conciencia, si es que la tiene, que periodistas a su disposición para echar tierra sobre la mayor parte de los muertos.”(3:39)

Él se había diagnosticado a sí mismo morir de locura, al igual que su esposa, aunque según algunos las causas de su muerte fueron otras. Sin embargo, corrió la misma suerte que ella, falleciendo recluido por haber enfermado psíquicamente. Murió el 27 de mayo de 1939 en París. Deseaba que en su lápida estuviera inscrita la frase del poeta alemán Heinrich Von Kleist “La verdad es que a mí no se me podía ayudar en esta tierra.” Mas su anhelo no se vio cumplido y en su tumba tan solo está un horrible bloque gris con la  inscripción:


Joseph Roth
Poète Autrichien
26-9-1894 – 27-5-1939

Su entierro fue en un cementerio “mixto” donde se admitían tanto católicos como judíos, pues en vida él no se declaró abiertamente como semita,  aunque su madre fue judía. Sus contradicciones religiosas tuvieron efectos durante su funeral, los judíos presentes estuvieron un tanto inconformes ante la presencia de sacerdotes católicos, también hubo allí comunistas y, por otro lado, monárquicos, fue un evento polémico que hubiera causado gracia al enterrado. De su vida, se sabe poco, pero por fortuna, ahora su mayoría de obras se encuentra traducida al español y en sus obras será donde se podrá conocer mejor a este novelista y periodista que se fue de este mundo sin ver muchos de sus proyectos realizados.
Ya se acerca el centenario de su muerte, pero, tal como un ebrio que olvida lo ocurrido el día anterior, en la memoria de muchos,  ha quedado olvidada la muerte de este gran escritor.

Fuentes. 
  1. Cziffra, Géza von; El santo bebedor; Acantilado; Barcelona, 2009
  2. Soma Morgenstern; Huida y fin de Joseph Roth; Pre-Textos; Valencia, 2008
  3. Roth, Joseph ; La filial del infierno en la tierra; Acantilado, Barcelona, 2004