viernes, 24 de enero de 2014

La herencia de Eszter de Sandor Marai


"No todo acaba con la muerte, aún falta el pleito por la herencia." Ambrose Bierce
La verdad es que me fue imposible no pensar en esa frase cuando vi el título de la obra; lo cual me motivó en cierta forma a leerla. Obviamente, si hay una herencia también habrá muertos de por medio. También recordé las peleas familiares que ocurren en torno a los bienes adquiridos por una muerte. Pensé en muchos temas y entre esos recuerdos me vino a la mente una conversación.

Hace algunos años, platicaba con una ávida lectora y ella me dijo que uno lee un libro en el momento preciso. Casualmente, en esos años, yo tuve una fractura y una de las personajes de mi lectura en curso también sufría algo en los huesos. En ese momento le creí acerca del momento preciso para un libro, con la convicción de que era un caso fortuito, una coincidencia del destino.

Ahora, unos años después me encuentro con otra lectura que se parece a un suceso de mi vida: la mentira. Lajos, uno de los personajes de la obra, es un mentiroso empedernido, un sujeto al que parece no importarle cómo ni porqué miente. Él únicamente busca obtener su beneficio. A lo largo de mi vida he conocido distintos tipos de mentirosos, pero no me esperaba encontrar a ninguno en las páginas de un libro del célebre húngaro Sandor Marai. Lo particular de esta narración son más bien los pensamientos de los personajes. Entre descripciones y amenos diálogos, el curso de la historia narrada sigue un ritmo acelerado no por la rapidez de las acciones, sino por la forma en que nos vemos atrapados por la trama.

Eszter vive ahora sólo junto a Nunu, una mujer mayor que sin ser pariente ha logrado ganarse su propio espacio físico y emocional en la casa. Ellas dos, al igual que otros miembros de la familia de la mujer que le da nombre a esta historia, se enteran de la visita que hará Lajos a la casa después de más de una década de ausencia. 

En ese tiempo han ocurrido varios sucesos, él llega acompañado de gente desconocida para todos y eso genera un ambiente un tanto confuso. Nunu, quien es buena observadora, sabe que él ha tomado como suyos algunos de los bienes familiares. Advierte con sutileza a los demás que corren el riesgo de ser víctimas de sus engaños nuevamente. El grupo de gente que lo acompaña genera un misterio que se irá desvaneciendo y revelará sus interioridades. Inevitablemente, Eszter y Lajos inician una conversación que pone a flor de piel toda una serie de sentimientos del pasado y hace que el presente parezca más intenso de lo esperado. Ella le recrimina sus más grandes mentiras, incluso llega a decirle que su falsedad es tan grande que logra mentir con hechos. 

Ante esta actitud, uno recuerda la frase de Rabelais Soy de la opinión que no estaban equivocados los persas quienes consideraban que el segundo vicio es mentir; el primero es tener deudas. Porque deudas y mentiras van de ordinario juntas y reunidas. La desconfianza de ella hacia él causa intriga en la trama. Línea a línea nos veremos atrapados por el particular estilo de con el que Marai sabe mostrarnos pensamientos y sentimientos de sus protagonistas, una novela que no se deja soltar hasta llegarla a su fin.

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